Fuente: Policía Nacional, Dirección de Antinarcóticos.
La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito
(UNODC) en su informe Mundial sobre Cocaína 2023, advierte que los cultivos de
arbusto de coca aumentaron un 35% (en Colombia, Perú y Bolivia). Colombia
seguirá siendo el primer cultivador y productor de cocaína, y, para el informe
2023 de SIMCI[1],
puede estar entre los 250 mil y las 272 mil hectáreas. Esto podría indicar una
producción potencial de 2 millones de kilos de clorhidrato de cocaína (algo así
como unas 2 mil toneladas), con esta evidencia se puede asegurar que el
narcotráfico, la criminalidad y el lavado de activos son problemas que aquejan
a Colombia y podría decir que desnarcotizando el conflicto NO se podrá llegar a
la paz total.
La desmovilización de los combatientes de las FARC que
anteriormente controlaban muchas de las áreas de cultivo de coca, así como la
producción de cocaína del país, ha abierto el camino para que otros actores
locales, así como las disidencias, el clan del golfo y el ELN e incluso grupos
extranjeros de México y Europa lleguen a patrocinar el conflicto en Colombia, a
hoy se cuentan cincuenta y cinco organizaciones en total. Además, el informe
muestra que ha habido una proliferación de los llamados "proveedores de servicios
o tercerización de la mano de obra", grupos profesionales que brindan ayuda
en varias etapas de la cadena de suministro "Estos grupos extranjeros no
tienen intención de controlar el territorio. En cambio, están trabajando para
aumentar la eficiencia de las líneas de suministro. Su presencia ayuda a
fomentar el cultivo de arbusto de coca y financiar todas las etapas del suministro",
afirma el informe.
En este sentido, el primer pilar y donde empieza el actor
criminal es la deforestación de miles de hectáreas, tanto para el cultivo de
coca o para crear pastizales, entre otros; después ingresa el sistema del
narcotráfico que ha tenido un impacto significativo en la economía y la sociedad
colombiana. El cultivo y la exportación de drogas ilegales han sido una
importante fuente de ingresos para muchos colombianos, sin embargo, también ha
provocado un aumento de la violencia, la corrupción y la inestabilidad. El
narcotráfico ha alimentado la formación de organizaciones criminales que han
aterrorizado a las comunidades, provocando una pérdida de confianza en las
instituciones gubernamentales.
Además, el narcotráfico ha tenido un impacto negativo en la
economía del país, ya que muchos recursos se han desviado a la producción y el
tráfico de drogas, en lugar de dedicarse a actividades económicas más
productivas. El vínculo entre criminalidad y narcotráfico está bien
establecido. El narcotráfico es una empresa criminal que requiere una vasta red
de individuos y organizaciones para trasladar las drogas de la producción al
consumo. Esta red incluye capos de la droga, contrabandistas, ejecutores y
funcionarios corruptos. Estas personas y organizaciones suelen participar en
otras actividades delictivas, como la extorsión, el secuestro y el asesinato,
para mantener su poder y control sobre el tráfico de drogas. El resultado es un
ciclo de violencia y criminalidad que ha tenido un impacto devastador en la
sociedad colombiana.
En cuanto al blanqueo de dinero procedente de la droga es una
parte esencial del narcotráfico, y Colombia se ha convertido en un centro
neurálgico de estas actividades. Los capos de la droga y sus socios utilizan
diversos métodos para blanquear su dinero, como la creación de empresas de
papel, empresas fantasmas y la inversión en negocios legítimos. Las
consecuencias de esta actividad son de gran alcance, ya que permite a los
narcotraficantes eludir la acción de la ley y continuar con sus actividades
delictivas. El blanqueo de dinero procedente del narcotráfico también repercute
negativamente en la economía del país, ya que distorsiona la actividad del
mercado y socava el Estado de Derecho.
En conclusión, narcotráfico, criminalidad, lavado de activos
y cultivos ilícitos son temas interconectados que han tenido un profundo
impacto en la economía, la sociedad y la política del país. El narcotráfico ha
alimentado la violencia y la corrupción, provocando una pérdida de confianza en
las instituciones gubernamentales. El vínculo entre criminalidad y narcotráfico
está bien establecido, y el tráfico de drogas sirve de centro para otras
actividades delictivas. El blanqueo de dinero procedente de la droga permite a
los capos evadir la aplicación de la ley y continuar con sus empresas
delictivas. Es esencial que el gobierno y la sociedad trabajen juntos para
abordar estos problemas y crear una Colombia más segura, próspera y en paz.
Es preciso reconocer que los cultivos ilícitos son fuente de
violencia y por lo tanto no existen las condiciones necesarias para la
construcción de la paz, las partes acordaron desarrollar un programa nacional
integral de sustitución de cultivos ilícitos y desarrollo alternativo (PNIS),
liderado por el Presidente de la República. Recomienda el uso voluntario de una
economía alternativa por parte de la comunidad y un acuerdo entre el gobierno
nacional, los municipios y las poblaciones afectadas para la sustitución
voluntaria y la no resiembra.
James Nuñez Dueñas
Investigador
aletheiainvestigaciones@gmail.com
[1] Sistema
Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos.
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