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miércoles, 28 de abril de 2021

Aspersión ¿Sí o No?

 


Con la expedición del decreto 330 del 2021 donde el presidente de la República autoriza retomar la aspersión aérea con glifosato, un centenar de personas han salido a oponerse y otras a apoyarlo, entre ellos muchos “expertos” que han demostrado lo poco que conocen Colombia, ¿pero por qué este tema divide tanto la población colombiana? y ¿Cuál es el interés superior de la nación en este caso en particular? 

                                                Fuente: Mindefensa
                                                
Desde los años 70 y 80 cuando comenzó la hecatombe para las selvas de Colombia y fueron invadidas de matas de coca nativas y traídas del Perú, por empresarios de las drogas que buscaban tener todo el engranaje y la maquinaria en el país que les permitiera tener el control sobre el negocio de la producción y el tráfico de cocaína principalmente desde Colombia para el centro, norte y sur América.

En esta metástasis, las miles de hectáreas que han sido deforestadas primero por colones que llegan rompiendo selva y después por cultivadores que compran estos terrenos a bajos precios, por esta razón entre el 70 y 80 % de los cultivos de uso ilícito se encuentran en territorios de la nación como parques nacionales o territorios baldíos. En este sentido, los cultivadores de coca se dividen en tres ramas:

1.      a. Personas que lo ven como un medio de subsistencia y para cubrir sus necesidades básicas.

2.      b. Personas que las obligan los grupos al margen de la Ley.

3.     c. La generación que ha continuado con el negocio (cultura) un arraigo social para la permanencia de los cultivos en zonas tradicionales.

A su vez, a pesar del esfuerzo por parte de múltiples autoridades para controlar la proliferación de estos cultivos, estos se han multiplicado como las amibas, entonces tenemos que preguntarnos ¿por qué continua el sistema del narcotráfico creciendo a aun cuando los cultivos han disminuido?

Las razones pueden variar dependiendo de la región, pero por lo general existen unas transversales como son: primero, la falta de vías terciarias para sacar los productos de pan coger, segundo, la perdida de dinero por parte de los cultivadores debido a que los intermediarios pagan por debajo del valor real de los productos, tercero, no existen políticas locales claras que permitan la sostenibilidad de los campesinos en las diferentes regiones, cuarto, mientras que por un kilo de base de coca en zona de producción puede costar entre 2 y 3 millones de pesos, un racimo de plátano puede estar por el valor de los 10 y 20 mil pesos, así como un bulto de yuca o cacao y ni hablar del café.

Así las cosas, la desproporción de utilidades de uno frente al otro es evidente, pero ¿por qué a pesar de la situación existen campesinos que se niegan a introducir este tipo de cultivos en sus regiones?

 No se puede decir que la lucha antidrogas es un fracaso, ya que muchos departamentos de Colombia no poseen cultivos de uso ilícito, y eso se debe en gran medida al trabajo que ha desarrollado el gobierno en conjunto con ayuda de la cooperación internacional.


En cuanto a la utilización de la aspersión para disminuir el número de cultivos ilícitos en el país, la polémica se centra en el daño que esta puede ocasionar al medio ambiente, ¿pero en una balanza que hace más daño?, los cultivos ilícitos o la aspersión aérea?

Primero: los cultivos de uso ilícito afectan, por una hectárea sembrada dos de bosques, alterando la biomasa, alteración del hábitat de los mamíferos, aves, reptiles; contaminación de los afluentes de agua por la utilización del glifosato como plaguicida, así como la utilización de plaguicidas de alta toxicidad. Para el control de insectos, según información de campo, se utiliza la dosis de 1,5 litros por hectárea-cosecha. 

No solo es la contaminación por el cultivo, ya que ahí inicia el problema para el medio ambiente y para los habitantes de todas estas zonas, debido a que para la producción de un kilo de clorhidrato de cocaína se necesita cemento, soda cáustica, bicarbonato de sodio, carbonato de sodio, urea, combustibles, ácido sulfúrico, amoniaco, permanganato de potasio, metabisulfito de sodio, Cloruro de calcio, carbón activado, ácido clorhídrico, acetona, MIBK, MEK, Disolventes alifáticos /acetatos, acetato de etilo, butilo, isopropilo, estas son unas de las muchas sustancias que se utilizan en el procesamiento de cocaína y que terminan en las fuentes hídricas que proporcionan agua y peces para su nutrición las comunidades.

Ahora bien, hasta la fecha son escasos los estudios que se han realizado al respecto, algunos han tratado de insinuar, que solo por la culpa de la aspersión la población se ha visto afectada, dejando de lado los daños por el cultivo y la producción de clorhidrato de cocaína.


No obstante, no se entrará en negacionismo de que la aspersión con glifosato no produce daños, ya que la población expuesta al glifosato puede sufrir de irritaciones dermales, oculares, náuseas, mareos, problemas respiratorios, aumento de la presión sanguínea y reacciones alérgicas, y en algunos casos como lo han expuesto, puede ser el causante de cáncer.

 Pero la aspersión no solo sirve para el control de cultivos ilícitos, sino además para proteger la vida de aquellas personas que están involucradas en recoger la hoja, cultivar la planta y los erradicadores manuales, ya que los cultivos son protegidos con minas antipersonas, son armas silenciosas, puestas en muchos casos por los dueños de los cultivos con el fin de atacar a la Fuerza Pública, pero en muchas ocasiones son ellos mismos los que pisan estos artefactos explosivos que causan daños en su humanidad, desmembrándolos.

Por otra parte, la aspersión también evita las asonadas, por parte de cultivadores y trabajadores contra la Fuerza Pública para tratar de retrasar la erradicación de los cultivos.

Como resultado de este producto de la criminalidad que se teje alrededor de los cultivos ilícitos, es la corrupción en los espacios donde están las siembras de coca ya que a pesar de las ayudas para actividades de pancoger y proyectos productivos recibidos continúan sosteniendo cultivos de uso ilícito, se debe reflexionar que a pesar de que hay tanta plata por la droga, la vida de las comunidades es precaria, las necesidades básicas insatisfechas aumentan, mientras unos viven como ricos, otros en completa miseria, siendo observado por los niños como un modelo para seguir por estas generaciones que no ven una salida viable para este círculo vicioso que se ha tejido alrededor de los cultivos ilícitos.  Dicho brevemente, ¿será que a los colombianos nos pasará lo de los zapalotes?, ¿seguiremos atrapados en una confrontación donde todos tenemos la razón y justificamos la destrucción del medio ambiente para poder sobrevivir?, La respuesta a esto es que nos falta empatía entre los colombianos o será que está arraigada ¡el sálvese quien pueda¡

James Nuñez Dueñas

Investigador

aletheiainvestigaciones@gmail.com

Twitter: @jnd0072000

https://aletheiainvestigaciones.blogspot.com/


 







viernes, 23 de abril de 2021

¿Por qué los matan? PUERTO RICO CAQUETÁ Y LA VIOLENCIA QUE NO SE VA

 

Pareciera que soñar con ayudar a la sociedad fuera un pecado en nuestro país, contribuir con el control del delito bajo los estándares constitucionales y como un bien público que viene dado por la propia comunidad y, en especial, soñar con una Colombia mejor, pareciera un sueño lejano. De la misma forma, la violencia verbal y física, particularmente de insultos y golpes, fuera el diario de los Policías que dejan su casa y familia para servir a la sociedad. Es así que el pasado 22 de abril de 2021, fueron asesinados dos patrulleros de la Policía Nacional que respondían a los nombres de Ana Beatriz López y Juan David Vela, quienes no superaban los 25 años de edad, no obstante, esta región del país ha sufrido desde mucho antes de que ellos nacieran la inclemencia del conflicto y la violencia sobre todo de la guerrilla de las FARC, sin embargo, después de la firma del acuerdo de paz en esta región se ha disminuido los casos como el que se está reseñado.

                                  Policías asesinados en Puerto Rico Caquetá

Precisamente esta región del país ha tenido una transformación en cuanto al conflicto si así se quiere ver, como quiera que ni siquiera la Policía Nacional en los primeros años del siglo XXI podía patrullar en parejas o en moto, las patrullas que conformaba el comandante de estación de policía de esa jurisdicción debían hacerse de mínimo 6 policías si el pie de fuerza lo permitía, y sino simplemente no se patrullaba el pueblo porque era tanto el asedio de la guerrilla de las FARC que era casi imposible salir sin exponer la vida. No olvidemos que este municipio era el más cercano a la zona de distensión creada durante el gobierno de Andrés Pastrana por allá en el año de 1998 para adelantar las conversaciones con la guerrilla de las FARC, proceso que fracasó e incluso le permitió a esa guerrilla fortalecerse militarmente.


Fue precisamente esa fortaleza militar la que les permitió crear terror en Puerto Rico Caquetá, que aunque en este se ubicaba el Batallón Cazadores que antes y después de la zona de distensión su ubicación habitual era San Vicente del Caguan, durante el tiempo que duro dicha zona, fue ubicado en Puerto Rico, no obstante también sufría las inclemencias de la fortaleza militar que en ese momento tenían las FARC y era objeto de constantes ataques a través de emboscadas, minas antipersonales tipo sombrero chino. Sin embargo, la policía fue quizás la más afectada, ya que por ejemplo durante el año 2001 y 2002 le asesinaron cuatro (04) policías a través del denominado plan pistola, y el pie de fuerza de esta estación era de tan solo 12 policías, entonces ya sabrán la magnitud de estos ataques. Dos de estos policías fueron asesinados precisamente cuando prestaban el servicio de escolta o de protección a alcalde de esta municipalidad, quien posteriormente fue condenado porque hacia parte del plan para asesinarlos.

Pero la Fuerza Pública no ha sido la única afectada por la violencia en este municipio recordemos el hecho que sucedió en mayo de 2005 cuando las FARC irrumpieron en el casco urbano del municipio y atacaron vilmente a los concejales que sesionaban en las instalaciones del Concejo Municipal y desde una camioneta que tenía instalada una ametralladora asesinaron a cinco funcionarios, de ellos cuatro era concejales de los 12 que habían sido electos para el periodo 2003 – 2007.

Cuatro de los 12 concejales electos en Puerto Rico para el periodo 2003 – 2007 fueron asesinados en la masacre de 2005. Foto: Archivo Diario del Caguán. 

Otro de los hechos que también marco la violencia en este municipio fue cuando gran parte de la familia Turbay Cote fue vilmente asesinada en la vereda la esmeralda de este poblado, esto sucedió el 29 de diciembre de 2000, en este hecho perdieron la vida el congresista Diego Turbay, su mamá y siete personas más cuando iban a la posesión del alcalde de Puerto Rico, José Lizardo Rojas.

 

Así mismo, la administración municipal también fue víctima de la violencia por parte de las FARC, pues el mismo alcalde José Lizardo Rojas fue asesinado en agosto de 2001, siendo objeto de un ataque sicarial frente a su vivienda mientras dialogaba con algunos vecinos de la población, así lo reseñaba en su momento el diario El Tiempo. La misma suerte corrió el alcalde que después fue encargado por el gobernador para tomar las riendas de este municipio de nombre William Lozano, quien fue ultimado en enero de 2002. De igual forma la fiscalía también fue objeto de hechos criminales, pues unos sicarios asesinaron a Javier de Jesús Restrepo Carvajal, quien se desempeñaba como fiscal 18 seccional, así fue reseñado por caracol radio en su momento.

 Entonces, quizás la violencia nunca se ha ido de puerto Rico Caquetá, no obstante la gente trabajadora y la comunidad estaban sintiéndose en los últimos años tranquilos, pero con este hecho donde perdieron la vida dos patrulleros de la policía que prestaban su turno de vigilancia en moto se puede vislumbrar que los grupos armados quieren volver a sembrar el terror en este municipio, por lo pronto los policías que están asentados en esta región deben extremar las medidas de seguridad y si es el caso evitar este tipo de patrullajes en moto o realizarlos en coordinación con la unidad militar más cercana.

Pues no es un secreto que de este municipio han salido guerrilleros que hacían parte de la columna móvil Teófilo Forero de las Farc como Arnobio Ramos que en el año 2002 fue quien perpetró el secuestro del avión de aires que fue obligado aterrizar en una carretera del huila.


WILMER GUACA CASAS

Investigador de conflicto y edutuber

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miércoles, 21 de abril de 2021

Guerras recicladas -LA FRONTERA DEL PUTUMAYO EL NUEVO “HÍBRIDO” DE LA VIOLENCIA

 

    


    En 2019, los departamentos de Nariño y Putumayo (frontera con Ecuador) aportaron 24 % y 16 %, respectivamente del total de las 154.475 hectáreas de cultivos de coca reportadas; el reciente estudio SIMCI indica que en Putumayo al menos fueron detectadas 24.973 hectáreas sembradas con matas de coca en ese mismo año. Si acudiéramos a la serie histórica, tendríamos que entre los años 2001-2019 los municipios de Puerto Asís, San Miguel, y Valle del Guamuez han estado intermitentemente entre los 10 municipios con mayor cantidad de coca sembrada durante los últimos cinco años.

     Otro estudio reciente, da cuenta que, en Putumayo, los cultivos de coca se ubicaron hacia la frontera con Ecuador. Los grandes núcleos de producción con las mayores densidades de siembra (hasta de 40 ha/km2) se presentaron hacia la frontera con Ecuador, por el río San Miguel, centros poblados Jordán de Guisia, Jordán Ortiz, Aguas Blancas, El Maizal, El Chiguaco, El Venado, Nueva Palestina, Los Uvos y Puerto Colón, en donde se incrementó la densidad con respecto a 2018. También se presentaron altas densidades por los ríos San Juan, Vides y Piñuña Blanco, con estabilidad en la densidad de siembra. En esta última medición, una alta concentración de los cultivos de coca y otras características relacionadas con la producción propiciaron la conformación de enclaves productivos como Frontera Putumayo.

De acuerdo con el informe de Monitoreo de territorios afectados por cultivos ilícitos (SIMCI), 2019: “…un enclave productivo se define espacialmente como aquel territorio que en los últimos cinco años ha presentado una concentración de cultivos de coca altamente significativa (puntos calientes) y donde es posible identificar características diferentes al resto de la región (variedades, rendimientos, manejo cultural, densidad de siembra). Así mismo, es posible reconocer una tendencia a la integración y encadenamiento in situ y posible especialización de procesos productivos (cultivo y procesamiento)...” (UNODC, 2020, p.38). Es decir que en estas zonas se crean condiciones propicias para la producción de hoja de coca, su transformación a base o clorhidrato de cocaína y su posterior tráfico a centros de consumo en Colombia y el exterior.

    Frente a lo anterior, para el caso de la frontera Putumayo: para 2019 este enclave concentró el 5 % del total nacional sembrado y 13 % del total sembrado en enclaves (cerca de 7.500 ha), 1,3 veces más que lo reportado en el 2015 y 17 veces más que lo registrado en 2010. Adicionalmente, muy cerca se encuentra el enclave Piñuñas, en proceso de consolidación, que, si bien registra una reducción de 37 % frente al área reportada en 2015, tiene una tendencia general al incremento (Atlas de aproximación UNODC, 2020, p. 29).

    El acuerdo de paz estableció una temporalidad para el tema de sustitución (julio de 2017) y una de las puestas en marcha para brindar las condiciones de la Paz estable y duradera era o es darle cumplimiento a los puntos 1 y 4, para éste último se creó El Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito PNIS, que tuvo su impacto en esta región de la Amazonía pero que no fue lo suficientemente efectivo, conforme a consideraciones que no se tratan aquí, empero si es prudente mencionar que dicho programa no era un espiral infinito de vinculaciones, es decir que no hay después del 2017 más familias PNIS. Las cifras indican que vincularon al programa 20.347 familias, es decir un promedio de 80.000 personas (4 x familia), eso significa un equivalente al 22% del total de la población (369.332 del departamento del Putumayo; oficialmente se habla de un cumplimiento del 86%, sin embargo, otra es la información en terreno.

    Las anteriores circunstancias, han generado que nuevamente los grupos armados al margen de la Ley, hayan retomado y quieran retomar este tipo de economías ilícitas no solo las derivadas del narcotráfico, sino también las relacionadas con la explotación ilícita de oro, madera, contrabando de combustibles y otros bienes, tráfico de armas y municiones, trata de personas y otras actividades ilegales que sin duda generan zozobra y miedo en la población y que para el caso de la frontera (Colombia – Ecuador) se convierten en el escenario perfecto para generar todo tipo de violencias derivadas de la delincuencia y el crimen organizado Transnacional. A continuación, se relata algunas facilidades y otras consideraciones que han sido objeto de estudio y análisis por importantes organizaciones, que facilitan la delincuencia y el crimen Nacional y Transnacional, las cuales se analizan a continuación.

    Facilidades en la ruta del tráfico de drogas en el Putumayo

    Una de las rutas identificadas es la que desprende desde Santa Rosa en Cauca, por la troncal del Magdalena, pasando por Villagarzón, Puerto Caicedo y Puerto Asís, donde se divide hacia Orito y continúa por la troncal hasta San Miguel en la frontera con Ecuador. A su vez, la producción de cocaína de Putumayo tiene como destino Tumaco en Nariño, desde donde se transporta en lanchas rápidas hacia Centroamérica; se direcciona hacia Ecuador para venderla a cárteles transfronterizos o se dirige hacia el centro del país para el consumo interno. Así mismo, la producción del medio Putumayo se centraliza en Puerto Asís y se dirige hacía Villagarzón y Mocoa para tomar la vía hacía Pitalito, Huila, y de allí hacía Bogotá y otras ciudades principales. Otra ruta es la que desde Puerto Asís por vías terciarias hacia el caserío Teteyé, buscando la frontera con el Ecuador y la que conduce desde el centro poblado Puerto Vega en Puerto Asís, siguiendo el río Putumayo hacia el Ecuador.  Una ruta importante es desde La Hormiga por vía terrestre hacia el centro poblado Santa Ana en Puerto Asís para seguir su conexión con Villagarzón. Asimismo, desde La Hormiga por vía terrestre hacia Puerto Colón en la frontera con el Ecuador. En general, la producción de Putumayo busca la salida hacia Ecuador aprovechando los ríos San Miguel y Putumayo. Finalmente, la ruta que sigue por el cauce del río Putumayo, desde Puerto Leguízamo hasta Puerto Asís, donde se conecta con la ruta terrestre que va de Puerto Caicedo a San Miguel en la frontera con Ecuador. 

    Facilidades en el contrabando de sustancias químicas en el Putumayo 

    Rutas desde Pasto, por vía terrestre, sigue hasta el centro poblado Puerto Limón, en Mocoa, y pasa por Villagarzón donde toma el río Caquetá para seguir su rumbo hacia el centro poblado La Tagua en Puerto Leguízamo. Esta ruta surte de sustancias químicas la producción de cocaína de Piamonte en el Cauca, Puerto Guzmán y Puerto Leguízamo. Otra ruta desde Pitalito, Huila, con sustancias que provienen de Neiva, hacia Mocoa, Villagarzón, Puerto Caicedo y Puerto Asís para la producción de cocaína de Villagarzón, Puerto Caicedo, Puerto Asís y Valle del Guamuéz. Esta ruta tiene un desvío en el centro poblado Santa Ana, en Puerto Asís, hacia La Hormiga para llegar a la cabecera de La Dorada, en San Miguel, con destino a los núcleos de producción de Villagarzón, Valle del Guamuéz y San Miguel. Así mismo el Ingreso y salida de sustancias desde Ecuador por el río San Miguel; desde Puerto Colón, en San Miguel, hasta Puerto Colombia, en Puerto Asís.  

Fuente: Atlas de aproximación UNODC, 2020

 

    Facilidades en los pasos fronterizos en el Putumayo

    A lo largo del área fronteriza colombo-ecuatoriana, existen alrededor de 60 pasos no autorizados a lo largo del área fronteriza colombo-ecuatoriana, , utilizados, en general, para el contrabando de productos de primera necesidad y de combustibles, así como para el tráfico de drogas y armas. En Putumayo, los pasos no autorizados localizados sobre los ríos San Miguel y Putumayo están relacionados con el tránsito de grupos armados organizados (GAO/GAOR) y en Puerto Asís y San Miguel, con el narcotráfico. Estas son áreas con presencia de disidencias de las Farc.

     Presencia de grupos armados en la frontera

     Un reciente informe nos indica sobre los principales grupos irregulares armados que actúan frente a la zona de frontera norte del Ecuador. El documento de origen militar da cuenta en la frontera de la presencia de:

     Frente 48, cuyo líder sería alias “el político” y cuya zona de influencia sería: Municipios de Puerto Asís, Puerto Caicedo, San Miguel, Orito, Puerto Leguízamo, Piñuña Negro, Piñuña Blanco, Puerto Ospina y los ríos Putumayo y San Miguel. En cuanto a sus integrantes estarían Exmiembros de la Columna Móvil Teófilo Forero, ex-FARC. En cuanto a su conformación se habla de 80 a 100 efectivos aproximadamente.

    La Constru, cuyo líder sería alias “Andrés” y cuya zona de influencia sería: Parte de los ríos Putumayo y San Miguel, En cuanto a sus integrantes estarían exmiembros del Frente 48, ex-FARC. En cuanto a su conformación se habla de 50 a 60 personas aproximadamente.  

    Sobre lo anterior, es importante precisar que a mediados de los meses de agosto y septiembre de 2020, se conoció en medios de comunicación una denuncia pública de una ONG, donde advertir la presencia de un grupo armado denominado “Comandos de la Frontera, CDF”. Al parecer, sería la misma organización conocida en la zona del bajo Putumayo como “La Mafia”, pero cambió su nombre para desligarse de varios crímenes contra líderes sociales, entre ellos el líder social Marco Rivadeneira. Ya para el 23 de diciembre de 2020, circuló un panfleto a nombre de “Comandos de la Frontera, CDF” en el cual dictan órdenes expresas  a la junta de dirección de la Zona de Reserva Campesina, los Comités de Mujeres, los Comités Ambientales, la organización ADISPA, las cuales deben renunciar a sus procesos en general y el pasado 22 de febrero de 2021, hacia las 8:00 p.m se conoció la circulación de un vídeo, donde integrantes de la estructura denominada “Comandos de la Frontera, CDF”, realizaron una ronda de control en la población de Siberia del municipio de Orito Putumayo, otro video fue anunciado por las red sociales del mismo actor armado.

    Ahora bien, el informe Ecuatoriano señala que, la presencia y aumento de los grupos disidentes tienen que ver con las divisiones que se producen en la sociedad, lo cual estimula la disgregación de los grupos armados. Luego las políticas de paz constituyen otra razón para que se produzcan las disidencias: “…El inicio y desarrollo de un proceso de paz influye en la formación de disidencias porque crea divergencias entre quienes lo apoyan y los que prefieren mantenerse en la guerra...” (Cronin, 2011; Stedman, 1997; Pearlman, 2008, 2009). En otras palabras, las negociaciones de paz entre el Estado y el grupo rebelde pueden ser responsables del aumento de la fragmentación y la violencia. Analizadas estas dos causas del conflicto colombiano, como es el aumento de cultivos de coca y el surgimiento de las disidencias, se puede determinar la coyuntura y la relación directa entre estas dos variables, las cuales promocionan y tienen como fin común el incentivo y protección del narcotráfico.

    Finalmente, el documento no ahorra palabras para definir a esta situación fronteriza como un “conflicto híbrido” y asegura que una de los procedimientos de los grupos armados organizados (en Ecuador denominados GIA), es eludir por todos los medios las concentraciones de elementos para evitar ser detectados por los aviones de inteligencia colombianos y norteamericanos. Se dividen en cuadrillas tácticas y evitan utilizar la comunicación mediante radios, telefonía y celulares para eludir las detecciones y bombardeos. Estos grupos operan, sobre todo, de forma aislada y en la frontera colombo-ecuatoriana, especialmente en los sectores aledaños a los corredores del Pacífico Sur y del Putumayo-Caquetá, por la débil presencia institucional y militar de Colombia en este sector y por las condiciones geoestratégicas propicias para el desarrollo de estas actividades ilícitas. Sus acciones sobrepasan la frontera y son verdaderas amenazas latentes para Ecuador (Conde, F., & Orbe, M. 2020 p. 38).  

    Es preciso mencionar, que actualmente hay una disputa por el control territorial y el interés estratégico tal como se demostró en las rutas y facilidades ya mencionadas, donde Las autoridades han identificado que disidentes del frente primero y una estructura denominada “Carolina Ramírez” cumplen las órdenes de alias “Gentil Duarte”, quien tiene el control del negocio del narcotráfico en el suroriente del país y quien ha declarado una dura confrontación con los integrantes del frente 48 quienes, para los organismos de inteligencia, están dedicados al negocio del narcotráfico. Esta confrontación hasta el mes de octubre de 2020 habría dejado más de 15 muertos de ambas organizaciones al margen de la ley.

    Una investigación académica reciente del año 2021, profundiza de manera significativa el riesgo en tanto que define que en los departamentos de “..Caquetá, Nariño y Putumayo se ha venido fraguando un cuadrado perfecto para la violencia, ya que no solo están presentes las disidencias de las FARC sino que a este comistrajo se adhiere el Ejército de liberación Nacional -ELN y el Clan del Golfo como mega estructura.

    Define a su vez que, “..Cada mega estructura posee grupos más pequeños cofinanciados y reagrupados por otros más grande como “La Constru”, “La Mafia - está conformado por antiguos integrantes de lo que fueron los frentes 32, 48 y 49 de las Farc”, “Los de Sinaloa” disidencias del frente 48 que conformaron “los Comandos de Frontera-CDF”, la cual controla las rutas del narcotráfico a través de Ecuador (manta-guayaquil-Estados Unidos) conexiones con la Familia del Norte y el Comando de Vermalho las dos organizaciones criminales más grandes en Brasil para la comercialización de cocaína…”

    Menciona también, “…hacia el sur del departamento existen estructuras más pequeñas como las denominadas “Los Escorpiones”, “Los Niches”, “Los Azules” y “Los Cobra” que se dedican a cobrar sobre el gramaje y la utilización de rutas del narcotráfico, estos grupos son la tercerización de los más grandes y ayudan al control social de estas estructuras criminales…” (block aletheia, marzo de 2021)

  

Homicidios y afectaciones a líderes sociales

     Desde la firma del Acuerdo de Paz hasta 2019, se ha presentado una aparente reducción de los asesinatos en los municipios de frontera, pues en 2016 estos concentraron el 70 % del total de afectación en los dos departamentos de Nariño y Putumayo. Un dato importante son los que se registran en INDEPAZ, que permiten ubicar los hechos para el 2019 y se señala que para el caso Putumayo los casos se dieron en Puerto Asís (4 personas) y San Miguel (1 persona). De estas 17 personas que perdieron la vida, la misma fuente los caracteriza en perfiles de liderazgo del sector social afrodescendiente, campesino, campesino comunal, campesino comunal asociados al programa PNIS e indígenas.

     Recientemente se presentó la muerte violenta de la Autoridad tradicional en su calidad de Alcaldesa Mayor, lideresa y médica Tradicional Mamá María Beneranda Juajibioy y su nieta Jazzlin Camila Luna Figueroa, así mismo otras dos mujeres resultaron lesionadas en el mismo hecho. Lo preocupante de este caso es que en la zona donde ocurrieron los hechos se ha indicado la presencia del grupo autodenominado “comandos de la frontera”, a esto se suma que dicho grupo vendría instigando y obligando a las comunidades a “proteger” los cultivos de hoja de coca que son objeto del programa de erradicación, las exigencias no contemplan si son o no dueños de los predios y ante la negativa se rumoran retaliaciones. Esta situación, pone en riesgo de manera significativa a los líderes y lideresas sociales especialmente los comunales y el liderazgo étnico.

     Es preciso señalar que, de darse vía libre a la fumigación, se corre el riesgo de provocar una ola de protesta social a gran escala en las zonas rurales de Colombia. Recordemos que, en el departamento del Putumayo sobre en 1996, tras la puesta en marcha del programa, incluso tuvo impacto en gran parte de las zonas rurales de Colombia donde se paralizaron durante semanas o meses debido a las protestas de los cocaleros, en su mayoría pacíficas, que estallaron en todo el país. Hoy en día, los cultivadores están aún mejor organizados que hace 25 años. No obstante, el riesgo de afectación a la vida e integridad de los lideres y lideresas sociales, así como de defensores/as de derechos humanos sería mayor, si tenemos en cuenta que gran proporción de los homicidios después del año 2016 recaen sobre líderes y lideresas sociales con la tipología de comunales.

 

    Aproximación a una salida al fenómeno

   El pasado 12 de abril de 2021, el Gobierno Nacional, emitió un decreto en el cual se regula el control de los riesgos para la salud y el medio ambiente en el marco de la erradicación de cultivos ilícitos mediante el método de aspersión aérea, y se dictan otras disposiciones. Se trata de un marco normativo para controlar el riesgo para la salud y el medio ambiente del uso del glifosato como estrategia para destruir los cultivos de uso ilícito en el país. Aunque la iniciativa de retomar la aspersión, que fue suspendida por el Consejo Nacional de Estupefacientes (CNE) en 2015, ha sido ampliamente criticada por organizaciones sociales, será este mismo quien estudie las formalidades para retomar la aspersión en Colombia.

     Por todo lo expuesto anteriormente, es altamente probable que, en el departamento del Putumayo, se agudice la violencia en todas sus manifestaciones; es preciso señalar que actualmente se adelantan procesos de erradicación que han tenido la resistencia de la población campesina y que suman al menos 30 incidentes con las tropas que adelantan dichas jornadas.

 

    Es preciso señalar que se requiere una atención especial por parte del Gobierno Nacional, si bien la erradicación es una estrategia del orden Nacional, se considera prudente crear las mesas municipales de inversión social donde confluyan familias NO PNIS y desde donde se puedan presentar proyectos de reestructuración económica, productivos, de infraestructura, etc. Se debe aprovechar la estrategia “hecho a la medida”. Lo más sensato podría ser la creación de una estrategia o ruta con la dirección de sustitución donde familias a quienes se les va a erradicar y que por iniciativa propia quieran sustituir, se les dé un “compas” (ejemplo 2 meses) y se suspenda temporalmente la erradicación y de la mano lograr la creación de una oficina de Paz Regional (Departamental), la cual se debe considerar con recursos de la OACP o de la comunidad internacional. Se hace necesario crear un solo espacio de articulación para hacerle seguimiento al Acuerdo de Paz, con una ruta de avances y con especial seguimiento a los puntos 1 y 4 y por qué no generar una propuesta gruesa y pensada en prospectiva y es la de presentar en el OCAD PAZ un proyecto integral que beneficie a los 13 municipios del departamento del Putumayo.

 

" Paz, es que tengamos una justicia limpia porque leyes ya tenemos " (D.R.A.)


Mg. José Alexander Africano Macias

Investigador

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miércoles, 14 de abril de 2021

El cuadrado perfecto de la Criminalidad (Cauca-Nariño, Putumayo y Caquetá) segunda parte

 

Lo que se juega en estos cuatro departamentos es la pervivencia de los grupos armados ilegales, por eso, la conformación de este cuadrado perfecto de violencia que se sustenta no solo en el narcotráfico, sino de la explotación de recursos mineros que afecta el suelo, el agua y todos los seres vivos que habitan en este territorio amazónico; prueba de ello es que en el año 2014 la sequía del río Sambingo, en Cauca, ponía en evidencia como a lo largo de su cauce había sido devastado por manos criminales, fue portada mundial como el primer rio del mundo que se secó por la explotación aurífera de oro, más no por el mismo fenómeno climático conocido como el niño.


¿Qué pasaría si la criminalidad no se hubiera tomado estos departamentos, serían los más prósperos del país?

Los departamentos de Cauca, Nariño, Caquetá y Putumayo representan un gran reto para la seguridad del país, debido a que por años estos departamentos han sido un fortín para los grupos alzados en armas; ya que, en el caso del Departamento del Putumayo, cuna de lo que se conoce hoy como Paramilitarismo en Colombia desde los años 80 han hecho presencia allí, para cuidar cultivos, y producción de drogas principalmente.

Esa paz entre las guerrillas y las autodefensas termina cuando las Farc roba al cártel de Medellín especialmente al capo Gonzalo Rodríguez Gacha alias “el mexicano” y termina en una confrontación donde deja cientos de muertos, especialmente integrantes de la UP, pero esto será para otro artículo.

Es preciso aclarar que las diferentes economías que se sustentan los alzados en armas van desde las extorsiones a trasportistas, cobran el gramaje que esta por fuera de su producción o que quieran utilizar las rutas que ellos controlan, así como tráfico de armas, minería ilegal, extorsiones, cobro por hectareaje y número de animales (ganado) entre otros.

Pero como si este cuadrado perfecto de violencia no bastara, la guerra por territorio y líneas de tráfico ha llegado a países vecinos, como es el caso de la lucha a muerte por la ruta de Venezuela, tras el fallido intento de reunión entre Iván Márquez y alias Iván Mordisco que ha dejado a más de 53 mil desplazados en la frontera, por la confrontación directa del Ejército Venezolano con las disidencias del frente 10mo, ya que Iván Mordisco junto a Gentil Duarte siguieron utilizando esta ruta de transito que les permite no solo sacar cocaína sino ingresar armas para su lucha terrorista en Colombia.

Para esta tarea tienen la ayuda de Ferley Gonzales comandante del frente 10mo, alias Arturo o Jerónimo y Ómar Pardo Galeano alias Antonio Medina, jefe de las disidencias del frente 28; esta macabra acción podría tener sus consecuencias en el Catatumbo por la disputa del corredor y producción de droga con el ELN, el EPL disidencias de las FARC y miembros del Clan del Golfo entre otros.

Como se afirmó arriba, el cuadrado perfecto de la violencia afecta a la comunidad de estos departamentos que han sido muy golpeados, en el caso caucano, primero fueron los colones que llegaron a controlar partes de sus territorios especialmente por la riqueza de la tierra en temas de oro, y después, estos mismos han tratado de apoderarse de las tierras ancestrales; hago la aclaración que no todos los propietarios de tierras en el Cauca han utilizado este método, muchas han sido adquiridas legalmente utilizando la figura que existe para tal fin o su tradición ha sido heredada por varias generaciones, de acuerdo con el ordenamiento jurídico vigente en cada momento. Se debe agregar que las discusiones deben ir más allá si los indígenas que habitan este territorio han sido asaltados en su buena fe.



Por otra parte, y retomando el problema del sistema criminal de las drogas, de acuerdo al Sistema de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (SIMCI) de las Naciones Unidas, en Putumayo se detectaron 24.937 hectáreas de coca sembrada en el 2019, mientras en Cauca 17.356, de igual manera en Nariño 36.964 y Caquetá 4.511, como se aprecia en el cuadro siguiente:

Región

2018

2019

%

Cauca

17.117

17.356

1%

Nariño

41.903

36.964

-12%

Caquetá

11.762

4.511

-62%

Putumayo

26.408

24.973

- 6%

Total departamentos 2019

 83.804

 54%

Total Colombia

154.475

100%

Es necesario recalcar que, para la anterior información, se toma como referencia el estudio presentado por las Naciones Unidas – Monitoreo de territorios afectados por cultivos ilícitos 2019, pero campesinos de la zona argumentan que la producción de hoja de coca, base y clorhidrato de cocaína pueden ser superior en esta zona del país. En este sentido el mismo informe comenta que la producción potencial de clorhidrato de cocaína pura para el año 2019 es de 1.137 toneladas métricas, algo así como un millón ciento treinta y siete mil kilos a nivel nacional; es de aclarar que estos cuatro departamentos mantienen una producción superior al 50 % de la fabricación nacional de base de cocaína y clorhidrato de cocaína.

Es decir, que estos cuatro departamentos podrían producir aproximadamente 542 toneladas métricas al año, o quinientos cuarenta y dos mil kilos aproximadamente. A su vez, realizando un análisis de las actividades realizadas por parte de la Fuerza Pública en temas de erradicación forzosa para el año 2020, en el Departamento de Caquetá se lograron destruir 5.599 ha, Cauca 4.492 ha, Nariño 29.636 ha, Putumayo 35.950 ha[1]. Luego la producción de clorhidrato de cocaína producida se afectaría en 170 toneladas solo por la erradicación manual forzosa, aquí no se tiene en cuenta lo incautado ni la afectación por la destrucción de centros de procesamiento, ya que esto podría sumar aproximadamente 271 toneladas; Es así que los grupos armados se estarían quedando con el restante de la producción que aproximadamente sería 271 toneladas métricas.

No se podría calcular el valor aproximado de esta producción, toda vez que el precio varía por la región, mientras que en la zona pacifica por su cercanía al mar el valor del kilo en laboratorio puede ser más costoso que el valor del mismo kilo producido en Caquetá o el tipo de pureza. A esto sumamos la presión ejercida por los grupos armados a los campesinos en las zonas, ya que para el año 2020 a nivel nacional los grupos de erradicación forzosa sufrieron 229 bloqueos a sus actividades, 11 asonadas, 13 hostigamientos que dejaron 3 policías muertos y 39 heridos, mientras que dejaron 3 erradicadores muertos y 2 heridos; 34 secuestrados y la detonación de 17 artefactos explosivos.



La situación es compleja, ya que los grupos criminales aparte de obligar a los campesinos a marchar contra la Fuerza Pública o enfrentarse a ella, a los que no desean ir les cobran una mal llamada multa, que oscila entre los 2 y los 5 millones por falta de compromiso, esto es lo más inaudito que puede pasar. Pero no todo es malo, las entidades del Estado y departamentales han puesto en marcha programas para la sustitución de cultivos ilícitos donde en Nariño son 17.191, en Putumayo son más de 20.350 y en Caquetá 12.959 las familias que se benefician de estos programas.  

James Nuñez Dueñas

Investigador

aletheiainvestigaciones@gmail.com

Twitter: @jnd0072000

https://aletheiainvestigaciones.blogspot.com/


[1] Dato obtenido del Observatorio de Drogas de Colombia 2020.


miércoles, 7 de abril de 2021

El cuadrado perfecto de la Criminalidad (Cauca-Nariño, Putumayo y Caquetá) primera parte

 
Los homicidios presentados a lo largo y ancho del país dan evidencia de la situación que se viene dando y se había advertido tras la firma para la dejación de armas de las Farc, ya que el vacío de poder que dejo está en los territorios donde la economía criminal es un medio ilusorio que muchos han optado para sobrevivir.



Desde el año 2020 viene una oleada de violencia, cuando empezaron en Nariño los enfrentamientos que dejaron varios de cientos de desplazados y otro tanto de muertos, parecía que volvimos a los años del terror donde se comenten asesinatos, se descuartizan cuerpos, se envían videos mostrando quien es más macabro por el control de las rutas y producción de drogas, cobro de extorciones, explotación de recursos mineros, permisos para chuzar el oleoducto, tránsito de personas (que desean pasar a Ecuador), y tráfico de personas, entre otros ilícitos que se están disputando en estas zonas del país.

La debacle inicia con la separación de las disidencias de las FARC las cuales se dividen en dos: las de Gentil duarte y la segunda Marquetalia comandada por Iván Marques, Santrich y el Paisa, las cuales se declaran la guerra a muerte, no solo impactó en este territorio, sino que además ha transcendido la guerra a otros países. A su vez, en este espacio territorial de los departamentos de Cauca, Caquetá, Nariño y Putumayo se ha venido fraguando un cuadrado perfecto para la violencia, ya que no solo están presentes las disidencias de las FARC sino que a este comistrajo se adhiere el Ejército de liberación Nacional -ELN y el Clan del Golfo como mega estructura.

Cada mega estructura posee grupos más pequeños cofinanciados y reagrupados por otros más grande como “La Constru”, “La Mafia - está conformado por antiguos integrantes de lo que fueron los frentes 32, 48 y 49 de las Farc”, “Los de Sinaloa” disidencias del frente 48 que conformaron “los Comandos de Frontera-CDF”, la cual controla las rutas del narcotráfico a través de Ecuador (manta-guayaquil-Estados Unidos) conexiones con la Familia del Norte y el Comando de Vermalho las dos organizaciones criminales más grandes en Brasil para la comercialización de cocaína.




















Hay que mencionar, además que otros grupos nacen del extinto frente primero como es el frente “Carolina Ramírez o Frente 1ro Armado Ríos,” que delinque entre los municipios de Puerto Guzmán y Puerto Caicedo en (Putumayo), así como compañía Miller Perdomo, comisión de finanzas del autodenominado grupo Bloque Comandante Jorge Briceño, también conocida como Estructura 62 disidente de las Farc, estos mantienen fuertes lazos con las disidencias de Gentil Duarte e Iván Mordisco. Hacia el sur del departamento existen estructuras más pequeñas como las denominadas “Los Escorpiones”, “Los Niches”, “Los Azules” y “Los Cobra” que se dedican a cobrar sobre el gramaje y la utilización de rutas del narcotráfico, estos grupos son la tercerización de los más grandes y ayudan al control social de estas estructuras criminales.

Mientras en Nariño el enfrentamiento entre Los contadores, el frente Oliver Sinisterra, que se dividió en dos grupos terroristas, uno que es el frente Oliver Sinisterra y el otro la estructura bloque Alfonso Cano esta cuenta con el respaldo de Iván Márquez; de la misma forma existen grupos pequeños como la denominada Guerrillas Unidas del Pacifico que apoyan el bloque Alfonso Cano, así la disputa por el terreno se hace más sangrienta debido a que la presencia de la gente de Gentil duarte la hace por medio del frente Franco Benavides y el Clan del Golfo apoya al grupo auto denominado la Cordillera del sur, a esto se suman 3 estructuras del ELN del frente Comuneros del sur, y la estructura Iván Ríos, en general son 7 las redes criminales que luchan por el control de la costa pacífica entre Nariño y Cauca.

Por otra parte, en Cauca, son aproximadamente 5 organizaciones principales que luchan por el poder territorial en esta zona del país, entre los que se encuentra el ELN con los frentes Manel Vásquez y José María Becerra, Los Pelusos, Clan del Golfo y una facción que se denomina águilas negras, así como disidencias de las FARC que se encuentra el frente 6, 31, 29, reunidos en los frentes Carlos Patiño, Dagoberto Ramos y Jaime Martínez.

Pero ¿por qué estos departamentos son tan afectados por la violencia? La batalla entre varias organizaciones criminales que buscan hacerse al control total del territorio y de quienes residen allí, va mucho más allá de un simple conflicto entre terroristas, prácticamente se están jugando la pervivencia y auto sostenimiento de estos criminales. Ejemplo de ello es que esta vendetta ha dejado solo en Cauca a más de 2.000 mil desplazados, amenazan y asesinan excombatientes de las FARC que están en proceso de reincorporación a la vida civil, así como a líderes sociales que apoyan el programa de sustitución de cultivos ilícitos, este pleito ha dejado en lo que va del año 4 masacres con más de 14 muertos según Indepaz.


 



Las macabras acciones realizadas por estos grupos criminales quienes utilizan la presión y la autoridad del fusil, fuerzan a los campesinos a enfrentarse a la Policía y al Ejercito que realizan erradicación Manual de cultivos ilícitos, y lo que es más grave, reclutan a menores de edad que puedan cargar un fusil para que hagan parte de sus ejércitos o simplemente para que sirvan como carne de cañón. La utilización de artefactos explosivos convencionales y no convencionales por parte de los actores armados ilegales en caminos, cultivos de pan coger, cultivos ilícitos y en gran parte del territorio a afectado a la población civil y a la fuerza pública, niños mutilados (piernas, brazos, ojos) así como perdida de animales es el resultado a un conflicto que pareciera no tener fin.

James Nuñez Dueñas
Investigador
aletheiainvestigaciones@gmail.com
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