En 2019, los
departamentos de Nariño y Putumayo (frontera con Ecuador) aportaron 24 % y 16
%, respectivamente del total de las 154.475 hectáreas de cultivos de coca
reportadas; el reciente estudio SIMCI indica que en Putumayo al menos fueron
detectadas 24.973 hectáreas sembradas con matas de coca en ese mismo año. Si
acudiéramos a la serie histórica, tendríamos que entre los años 2001-2019 los
municipios de Puerto Asís, San Miguel, y Valle del Guamuez han estado
intermitentemente entre los 10 municipios con mayor cantidad de coca sembrada
durante los últimos cinco años.
Otro estudio
reciente, da cuenta que, en Putumayo, los cultivos de coca se ubicaron hacia la
frontera con Ecuador. Los grandes núcleos de producción con las mayores
densidades de siembra (hasta de 40 ha/km2) se presentaron hacia la frontera con
Ecuador, por el río San Miguel, centros poblados Jordán de Guisia, Jordán
Ortiz, Aguas Blancas, El Maizal, El Chiguaco, El Venado, Nueva Palestina, Los
Uvos y Puerto Colón, en donde se incrementó la densidad con respecto a 2018.
También se presentaron altas densidades por los ríos San Juan, Vides y Piñuña
Blanco, con estabilidad en la densidad de siembra. En esta última medición, una
alta concentración de los cultivos de coca y otras características relacionadas
con la producción propiciaron la conformación de enclaves productivos como
Frontera Putumayo.
De acuerdo con el
informe de Monitoreo de territorios afectados por cultivos ilícitos (SIMCI),
2019: “…un enclave productivo se define espacialmente como aquel territorio
que en los últimos cinco años ha presentado una concentración de cultivos de
coca altamente significativa (puntos calientes) y donde es posible identificar
características diferentes al resto de la región (variedades, rendimientos,
manejo cultural, densidad de siembra). Así mismo, es posible reconocer una
tendencia a la integración y encadenamiento in situ y posible especialización
de procesos productivos (cultivo y procesamiento)...” (UNODC, 2020, p.38). Es
decir que en estas zonas se crean condiciones propicias para la producción de
hoja de coca, su transformación a base o clorhidrato de cocaína y su posterior
tráfico a centros de consumo en Colombia y el exterior.
Frente a lo
anterior, para el caso de la frontera Putumayo: para 2019 este enclave concentró
el 5 % del total nacional sembrado y 13 % del total sembrado en enclaves (cerca
de 7.500 ha), 1,3 veces más que lo reportado en el 2015 y 17 veces más que lo
registrado en 2010. Adicionalmente, muy cerca se encuentra el enclave Piñuñas,
en proceso de consolidación, que, si bien registra una reducción de 37 % frente
al área reportada en 2015, tiene una tendencia general al incremento (Atlas
de aproximación UNODC, 2020, p. 29).
El acuerdo de
paz estableció una temporalidad para el tema de sustitución (julio de
2017) y una de las puestas en marcha para brindar las condiciones de la Paz
estable y duradera era o es darle cumplimiento a los puntos 1 y 4, para éste
último se creó El Programa Nacional
Integral de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito PNIS, que tuvo su impacto en esta región de la Amazonía pero que no fue
lo suficientemente efectivo, conforme a consideraciones que no se tratan aquí,
empero si es prudente mencionar que dicho programa no era un espiral
infinito de vinculaciones, es decir que no hay después del 2017 más familias
PNIS. Las cifras indican que vincularon al programa 20.347 familias, es decir un
promedio de 80.000 personas (4 x familia), eso significa un equivalente al 22%
del total de la población (369.332 del departamento del Putumayo; oficialmente
se habla de un cumplimiento del 86%, sin embargo, otra es la información en
terreno.
Las anteriores circunstancias, han generado que nuevamente los grupos
armados al margen de la Ley, hayan retomado y quieran retomar este tipo de
economías ilícitas no solo las derivadas del narcotráfico, sino también las
relacionadas con la explotación ilícita de oro, madera, contrabando de
combustibles y otros bienes, tráfico de armas y municiones, trata de personas y
otras actividades ilegales que sin duda generan zozobra y miedo en la población
y que para el caso de la frontera (Colombia – Ecuador) se convierten en el
escenario perfecto para generar todo tipo de violencias derivadas de la delincuencia
y el crimen organizado Transnacional. A continuación, se relata algunas facilidades y otras consideraciones que
han sido objeto de estudio y análisis por importantes organizaciones, que
facilitan la delincuencia y el crimen Nacional y Transnacional, las cuales se
analizan a continuación.
Facilidades en la
ruta del tráfico de drogas en el Putumayo
Una de las rutas
identificadas es la que desprende desde Santa Rosa en Cauca, por la troncal del
Magdalena, pasando por Villagarzón, Puerto Caicedo y Puerto Asís, donde se
divide hacia Orito y continúa por la troncal hasta San Miguel en la frontera
con Ecuador. A su vez, la producción de cocaína de Putumayo tiene como destino
Tumaco en Nariño, desde donde se transporta en lanchas rápidas hacia
Centroamérica; se direcciona hacia Ecuador para venderla a cárteles
transfronterizos o se dirige hacia el centro del país para el consumo interno.
Así mismo, la producción del medio Putumayo se centraliza en Puerto Asís y se dirige
hacía Villagarzón y Mocoa para tomar la vía hacía Pitalito, Huila, y de allí
hacía Bogotá y otras ciudades principales. Otra ruta es la que desde Puerto
Asís por vías terciarias hacia el caserío Teteyé, buscando la frontera con el
Ecuador y la que conduce desde el centro poblado Puerto Vega en Puerto Asís,
siguiendo el río Putumayo hacia el Ecuador.
Una ruta importante es desde La Hormiga por vía terrestre hacia el centro
poblado Santa Ana en Puerto Asís para seguir su conexión con Villagarzón.
Asimismo, desde La Hormiga por vía terrestre hacia Puerto Colón en la frontera
con el Ecuador. En general, la producción de Putumayo busca la salida hacia
Ecuador aprovechando los ríos San Miguel y Putumayo. Finalmente, la ruta que
sigue por el cauce del río Putumayo, desde Puerto Leguízamo hasta Puerto Asís,
donde se conecta con la ruta terrestre que va de Puerto Caicedo a San Miguel en
la frontera con Ecuador.
Facilidades en el
contrabando de sustancias químicas en el Putumayo
Rutas desde
Pasto, por vía terrestre, sigue hasta el centro poblado Puerto Limón, en Mocoa,
y pasa por Villagarzón donde toma el río Caquetá para seguir su rumbo hacia el
centro poblado La Tagua en Puerto Leguízamo. Esta ruta surte de sustancias
químicas la producción de cocaína de Piamonte en el Cauca, Puerto Guzmán y
Puerto Leguízamo. Otra ruta desde Pitalito, Huila, con sustancias que provienen
de Neiva, hacia Mocoa, Villagarzón, Puerto Caicedo y Puerto Asís para la
producción de cocaína de Villagarzón, Puerto Caicedo, Puerto Asís y Valle del Guamuéz.
Esta ruta tiene un desvío en el centro poblado Santa Ana, en Puerto Asís, hacia
La Hormiga para llegar a la cabecera de La Dorada, en San Miguel, con destino a
los núcleos de producción de Villagarzón, Valle del Guamuéz y San Miguel. Así
mismo el Ingreso y salida de sustancias desde Ecuador por el río San Miguel;
desde Puerto Colón, en San Miguel, hasta Puerto Colombia, en Puerto Asís.
Fuente: Atlas
de aproximación UNODC, 2020
Facilidades en
los pasos fronterizos en el Putumayo
A lo largo del
área fronteriza colombo-ecuatoriana, existen alrededor de 60 pasos no autorizados a lo largo del área fronteriza colombo-ecuatoriana, , utilizados, en general, para el
contrabando de productos de primera necesidad y de combustibles, así como para
el tráfico de drogas y armas. En Putumayo, los pasos no autorizados localizados
sobre los ríos San Miguel y Putumayo están relacionados con el tránsito de
grupos armados organizados (GAO/GAOR) y en Puerto Asís y San Miguel, con el
narcotráfico. Estas son áreas con presencia de disidencias de las Farc.
Presencia de
grupos armados en la frontera
Un reciente
informe nos indica sobre los principales grupos irregulares armados que actúan
frente a la zona de frontera norte del Ecuador. El documento de origen militar
da cuenta en la frontera de la presencia de:
Frente 48, cuyo líder sería alias “el
político” y cuya zona de influencia sería: Municipios de Puerto Asís, Puerto
Caicedo, San Miguel, Orito, Puerto Leguízamo, Piñuña Negro, Piñuña Blanco,
Puerto Ospina y los ríos Putumayo y San Miguel. En cuanto a sus integrantes
estarían Exmiembros de la Columna Móvil Teófilo Forero, ex-FARC. En cuanto a su
conformación se habla de 80 a 100 efectivos aproximadamente.
La Constru, cuyo líder sería alias “Andrés” y cuya zona de influencia sería:
Parte de los ríos Putumayo y San Miguel, En cuanto a sus integrantes estarían exmiembros
del Frente 48, ex-FARC. En cuanto a su conformación se habla de 50 a 60
personas aproximadamente.
Sobre lo
anterior, es importante precisar que a mediados de los meses de agosto y
septiembre de 2020, se conoció en medios de comunicación una denuncia pública
de una ONG, donde advertir la presencia de un grupo
armado denominado “Comandos de la Frontera, CDF”. Al parecer, sería la
misma organización conocida en la zona del bajo Putumayo como “La Mafia”, pero
cambió su nombre para desligarse de varios crímenes contra líderes sociales,
entre ellos el líder social Marco Rivadeneira. Ya para el 23 de diciembre de
2020, circuló un panfleto a nombre de “Comandos de la Frontera, CDF” en el
cual dictan órdenes expresas a la
junta de dirección de la Zona de Reserva Campesina, los Comités de
Mujeres, los Comités Ambientales, la organización ADISPA, las cuales deben
renunciar a sus procesos en general y el pasado 22 de febrero de 2021, hacia
las 8:00 p.m se conoció la circulación de un vídeo, donde integrantes de
la estructura denominada “Comandos de
la Frontera, CDF”, realizaron una ronda de control en la población
de Siberia del municipio de Orito Putumayo, otro video fue anunciado por
las red sociales del mismo actor armado.
Ahora bien, el
informe Ecuatoriano señala que, la presencia y aumento de los grupos disidentes
tienen que ver con las divisiones que se producen en la sociedad, lo cual
estimula la disgregación de los grupos armados. Luego las políticas de paz constituyen otra
razón para que se produzcan las disidencias: “…El inicio y desarrollo de un
proceso de paz influye en la formación de disidencias porque crea divergencias
entre quienes lo apoyan y los que prefieren mantenerse en la guerra...”
(Cronin, 2011; Stedman, 1997; Pearlman, 2008, 2009). En otras palabras, las
negociaciones de paz entre el Estado y el grupo rebelde pueden ser responsables
del aumento de la fragmentación y la violencia. Analizadas estas
dos causas del conflicto colombiano, como es el aumento de cultivos de coca y
el surgimiento de las disidencias, se puede determinar la coyuntura y la relación
directa entre estas dos variables, las cuales promocionan y tienen como fin
común el incentivo y protección del narcotráfico.
Finalmente, el
documento no ahorra palabras para definir a esta situación fronteriza como un
“conflicto híbrido” y asegura que una de los procedimientos de los grupos
armados organizados (en Ecuador denominados GIA), es eludir por todos los
medios las concentraciones de elementos para evitar ser detectados por los
aviones de inteligencia colombianos y norteamericanos. Se dividen en cuadrillas
tácticas y evitan utilizar la comunicación mediante radios, telefonía y
celulares para eludir las detecciones y bombardeos. Estos grupos operan, sobre
todo, de forma aislada y en la frontera colombo-ecuatoriana, especialmente en los
sectores aledaños a los corredores del Pacífico Sur y del Putumayo-Caquetá, por
la débil presencia institucional y militar de Colombia en este sector y por las
condiciones geoestratégicas propicias para el desarrollo de estas actividades
ilícitas. Sus acciones sobrepasan la frontera y son verdaderas amenazas
latentes para Ecuador (Conde, F., & Orbe, M. 2020 p. 38).
Es preciso
mencionar, que actualmente hay una disputa por el control territorial y el
interés estratégico tal como se demostró en las rutas y facilidades ya
mencionadas, donde Las autoridades han identificado que disidentes del frente
primero y una estructura denominada “Carolina Ramírez” cumplen las órdenes de
alias “Gentil Duarte”, quien tiene el control del negocio del narcotráfico en
el suroriente del país y quien ha declarado una dura confrontación con los
integrantes del frente 48 quienes, para los organismos de inteligencia, están
dedicados al negocio del narcotráfico. Esta confrontación hasta el mes de
octubre de 2020 habría dejado más de 15 muertos de ambas organizaciones al
margen de la ley.
Una investigación
académica reciente del año 2021, profundiza de manera significativa el riesgo
en tanto que define que en los departamentos de “..Caquetá, Nariño y
Putumayo se ha venido fraguando un cuadrado perfecto para la violencia, ya que
no solo están presentes las disidencias de las FARC sino que a este comistrajo
se adhiere el Ejército de liberación Nacional -ELN y el Clan del Golfo como
mega estructura.
Define a su vez
que, “..Cada mega estructura posee grupos más pequeños cofinanciados y
reagrupados por otros más grande como “La Constru”, “La Mafia - está conformado
por antiguos integrantes de lo que fueron los frentes 32, 48 y 49 de las Farc”,
“Los de Sinaloa” disidencias del frente 48 que conformaron “los Comandos de
Frontera-CDF”, la cual controla las rutas del narcotráfico a través de Ecuador
(manta-guayaquil-Estados Unidos) conexiones con la Familia del Norte y el
Comando de Vermalho las dos organizaciones criminales más grandes en Brasil
para la comercialización de cocaína…”
Menciona también,
“…hacia el sur del departamento existen estructuras más pequeñas como las
denominadas “Los Escorpiones”, “Los Niches”, “Los Azules” y “Los Cobra” que se
dedican a cobrar sobre el gramaje y la utilización de rutas del narcotráfico,
estos grupos son la tercerización de los más grandes y ayudan al control social
de estas estructuras criminales…” (block aletheia, marzo de 2021)
Homicidios y
afectaciones a líderes sociales
Desde la firma del Acuerdo de Paz hasta 2019, se ha presentado
una aparente reducción de los asesinatos en los municipios de frontera, pues en
2016 estos concentraron el 70 % del total de afectación en los dos
departamentos de Nariño y Putumayo. Un dato
importante son los que se registran en INDEPAZ, que permiten ubicar los hechos
para el 2019 y se señala que para el caso Putumayo los casos se dieron en
Puerto Asís (4 personas) y San Miguel (1 persona). De estas 17 personas que
perdieron la vida, la misma fuente los caracteriza en perfiles de liderazgo del
sector social afrodescendiente, campesino, campesino comunal, campesino comunal
asociados al programa PNIS e indígenas.
Recientemente se
presentó la muerte violenta de la Autoridad tradicional en su calidad de
Alcaldesa Mayor, lideresa y médica Tradicional Mamá María Beneranda Juajibioy y
su nieta Jazzlin Camila Luna Figueroa, así mismo otras dos mujeres resultaron
lesionadas en el mismo hecho. Lo preocupante de este caso es que en la zona
donde ocurrieron los hechos se ha indicado la presencia del grupo
autodenominado “comandos de la frontera”, a esto se suma que dicho grupo
vendría instigando y obligando a las comunidades a “proteger” los cultivos de
hoja de coca que son objeto del programa de erradicación, las exigencias no
contemplan si son o no dueños de los predios y ante la negativa se rumoran retaliaciones.
Esta situación, pone en riesgo de manera significativa a los líderes y
lideresas sociales especialmente los comunales y el liderazgo étnico.
Es preciso
señalar que, de darse vía libre a la fumigación, se corre el riesgo de
provocar una ola de protesta social a gran escala en las zonas rurales de
Colombia. Recordemos que, en el departamento del Putumayo sobre en 1996, tras
la puesta en marcha del programa, incluso tuvo impacto en gran parte de las
zonas rurales de Colombia donde se paralizaron durante semanas o meses debido a
las protestas de los cocaleros, en su mayoría pacíficas, que estallaron en todo
el país. Hoy en día, los cultivadores están aún mejor organizados que hace 25
años. No obstante, el riesgo de afectación a la vida e integridad de los lideres
y lideresas sociales, así como de defensores/as de derechos humanos sería
mayor, si tenemos en cuenta que gran proporción de los homicidios después del
año 2016 recaen sobre líderes y lideresas sociales con la tipología de
comunales.
Aproximación a
una salida al fenómeno
El pasado 12 de
abril de 2021, el Gobierno Nacional, emitió un decreto en el cual se regula el
control de los riesgos para la salud y el medio ambiente en el marco de la
erradicación de cultivos ilícitos mediante el método de aspersión aérea, y se
dictan otras disposiciones. Se trata de un marco normativo para controlar el
riesgo para la salud y el medio ambiente del uso del glifosato como estrategia
para destruir los cultivos de uso ilícito en el país. Aunque la iniciativa de
retomar la aspersión, que fue suspendida por el Consejo Nacional de
Estupefacientes (CNE) en 2015, ha sido ampliamente criticada por organizaciones
sociales, será este mismo quien estudie las formalidades para retomar la
aspersión en Colombia.
Por todo lo expuesto anteriormente, es altamente
probable que, en el departamento del Putumayo, se agudice la violencia en todas
sus manifestaciones; es preciso señalar que actualmente se adelantan procesos
de erradicación que han tenido la resistencia de la población campesina y que
suman al menos 30 incidentes con las tropas que adelantan dichas jornadas.
Es preciso señalar que se requiere una atención especial
por parte del Gobierno Nacional, si bien la erradicación es una estrategia del
orden Nacional, se considera prudente crear las mesas municipales de
inversión social donde confluyan familias NO PNIS y desde donde se puedan
presentar proyectos de reestructuración económica, productivos, de
infraestructura, etc. Se debe aprovechar la estrategia “hecho a la medida”. Lo
más sensato podría ser la creación de una estrategia o ruta con la dirección de
sustitución donde familias a quienes se les va a erradicar y que por iniciativa
propia quieran sustituir, se les dé un “compas” (ejemplo 2 meses) y se suspenda
temporalmente la erradicación y de la mano lograr la creación de una oficina de
Paz Regional (Departamental), la cual se debe considerar con recursos de la
OACP o de la comunidad internacional. Se hace necesario crear un solo espacio
de articulación para hacerle seguimiento al Acuerdo de Paz, con una ruta de
avances y con especial seguimiento a los puntos 1 y 4 y por qué no generar una
propuesta gruesa y pensada en prospectiva y es la de presentar en el OCAD PAZ
un proyecto integral que beneficie a los 13 municipios del departamento del
Putumayo.
" Paz, es que tengamos una
justicia limpia porque leyes ya tenemos " (D.R.A.)
Mg. José Alexander Africano Macias
Investigador
aletheiainvestigaciones@gmail.com
Twitter:
@jnd0072000
https://aletheiainvestigaciones.blogspot.com/