Desde el anuncio del gobierno
colombiano de una nueva reforma tributaria que envío al congreso con nota de
urgencia, se prendieron las alarmas en los sindicatos y gremios que hicieron un
llamado a la ciudadanía para un paro nacional con el fin de que el gobierno
retirara esta reforma.
Las estadísticas son alentadoras, se
puede decir que en un 80% las marchas y los llamados fueron pacíficos y
consiguieron su fin que era que el gobierno retirara la reforma tributaria.
Pero a su vez, el gobierno nacional y economistas han realizado un llamado a estabilizar
las cuentas del país, y urge una reforma con el fin de organizar la balanza del
Estado.
Hay que aclarar, que el país, mantiene
un endeudamiento del más del 55,4% del PIB para el año 2020, donde el gobierno
invirtió gran parte de su presupuesto en programas como: Colombia Mayor, Familias
en Acción, Jóvenes en Acción, Red Unidos, Ingreso solidario, Compensación del
IVA, Tiendas para la gente, Casa Digna, Vida Digna, estos programas para el año
2020 tuvieron una inversión aproximada de los 10 billones de pesos.
Pero no todo es como parece, ya que
la corrupción hace su aparición con datos como, para el año 2018, en el empalme
de gobierno de Santos y de Duque, en el país se robaron casi 50 billones de pesos
como lo informo la Contraloría General de la Nación. Así mismo, la procuraduría
informó que tiene 900 investigaciones abiertas por irregularidades en manejo de
dineros para apaciguar los efectos del Covid en el pueblo colombiano, es decir,
se podría calcular otros tantos billones perdidos por corruptos que aprovechan
su cargo público para ROBAR.
¿Quién gana y quién pierde?
Las marchas en su gran mayoría han
sido pacíficas, pero los desórdenes que se han presentado principalmente en
Cali, Medellín y Bogotá parecieran hechos aislados o descontentos de miles de
personas que están buscando ser escuchadas, pero la realidad puede ser otra. Desde
el 2019 se pueden ver cambios en las estrategias de los vándalos, como ejemplo
en Bogotá y Cali existe un factor común, es la organización para efectuar
hechos vandálicos de forma sincrónica, la organización de los ataques de modo
avispa y la coordinación de estos, utilización de métodos como en las protestas
de Chile.
Con respecto a las confrontaciones, tras varias entrevistas en campo, aluden que en barrios suburbanos están reclutando jóvenes que les pagan entre 20 y 50 mil pesos para que se enfrenten a la policía, asignando roles, organizando las asonados y distribuyendo funciones. En terreno se pudo constatar, como hombres con acento extranjero daban órdenes para que la gente se moviera y agredieran a la Fuerza Pública, atacaran al comercio, y abrieran las puertas a vándalos para que robaran y saquearan supermercados.
Lo que debemos preguntarnos es ¿de
dónde sale el dinero para pagar estos jóvenes? ¿Quién paga toda esta logística?
¿Qué buscan desestabilizando el país? estos hechos desafortunados hasta la
fecha han dejado 30 muertos entre los que encontramos 13 por arma de fuego, dos
oficiales de la policía asesinados con puñaladas, uno con 4 y otro con 15. Además,
se reportan 400 civiles lesionados, 700 uniformados heridos, 20 buses
incinerados, 63 establecimientos comerciales saqueados, 254 comercios
vandalizados, 40 CAI destruidos, 52 CAI vandalizados, 100 bancos destruidos, 16
peajes devastados, 4 estatuas derribadas (incluida la de Antonio Nariño), 29
cajeros y dos gobernaciones destrozados, se destruyó la parte exterior de la
biblioteca Luis Ángel Arango en Bogotá; de la misma manera la Policía Nacional,
junto con la Procuraduría informó que abrió investigación a 30 uniformados por
abuso de autoridad.
Por otra parte, existen señalamientos
donde aseguran que organizaciones como las disidencias de las Farc, el ELN, han
puesto en marcha un programa que busca desestabilizar el país con estas
protestas mediante tres pasos: 1. Destruir infraestructura crítica para el país,
2. Interrumpir la vida diaria de los ciudadanos, 3. Activar grupos vandálicos;
a esto sumado un terrorismo hibridó desde el vecino país, por intermedio de sus
células urbanas JM19, Movimiento Bolivariano de las disidencias de las Farc de
“Gentil Duarte”, Los capuchos y grupos del ELN como las 8 y 9 de junio”.
Lo que es innegable, es que Colombia
necesita un cambio, cambio que se debe dar desde el mismo CONGRESO donde
realmente está el poder político y decisional del país, es ahí donde deben
empezar los cambios fundamentales del Estado. Y no olvidar que la vida es
SAGRADA, como pueblo tenemos que tener conciencia y escucharnos ¡ya es el
momento de construir un país juntos¡ y garantizar una estabilidad para las
nuevas generaciones, se vienen días difíciles donde volveremos a estar en cuarentena
total ya que los muertos por día alcanzaran los mil por culpa del COVID-19 y no
habrá abastecimiento de oxígeno que se necesita urgentemente.
Hemos ganado, todos los que nos
hicimos escuchar sin violencia, respetado al otro; están perdiendo aquellos que
con sus actos vandálicos han querido crear caos y un estado de anarquía.
James Nuñez Dueñas
Investigador
aletheiainvestigaciones@gmail.com
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