viernes, 18 de junio de 2021

Cultura, incultura y sociedad (producción de coca en Colombia)

 

Las sociedades permanecen en una constante movilidad, como ejemplo de ello tenemos los años 1500, cuando termina el Feudalismo en Europa y aparece la sociedad cortesana. John Locke en 1690 describe la sociedad civil como un conjunto de individuos unidos bajo un poder ejecutivo, mientras Auguste Comte en 1850 se pregunta cómo el individuo puede ser a la vez causa y efecto de la sociedad; mientras tanto, Max Weber en 1958 afirma que los valores y las creencias pueden transformar la estructura social; además, el antropólogo estadounidense Robert Redfiel explica que la civilización es una totalidad de grandes y pequeñas tradiciones y por último la obra de Gramsci defiende que las clases gobernantes mantienen el poder mediante las instituciones de la sociedad civil.

                                            Foto: James Nuñez

Ante este avance social, especialmente en los últimos 200 años la occidentalización de la sociedad colombiana con una inspiración francesa y española en sus códigos y leyes ha transmutado a crear un robusto código antidrogas para hacerle frente al problema que ha coaptado a un gran número de los habitantes con sueños de riqueza y poder.

¿Pero realmente que hay detrás de estas falacias y falsas promesas de riqueza para todos? ¿Cómo en nuestra conciencia podemos aceptar matar a otros para obtener dinero? ¿Qué tan cuestionable es que para sobrevivir haya que sacrificar medio ambiente y vida? y, por último, ¿Por qué no legalizar el sistema de las drogas y que sea el Estado el regulador de todo?

Lo primero que se tiene que entender es que en Colombia según las cifras DANE más de 20 millones de personas viven en pobreza o pobreza absoluta y otros 25 millones viven en clase baja o media, es decir que, las necesidades básicas insatisfechas son crecientes; los pobres están excluidos del modo de vida habitual, las costumbres y las actividades cotidianas de un mundo que se abre en innovación y bienes de consumo masivo. Así mismo, Benjamin Seebohm explico que la pobreza es un estado en el que los ingresos totales son insuficientes para obtener el mínimo necesario para la mera eficacia física.

A su vez, el dinero que produce el narcotráfico en Colombia es aproximadamente entre 100 y 140 billones de dólares al año como lo manifiesta Pierre Lapaque representante de UNODC en Colombia, una cifra que podría sacar de pobres a estos 20 millones de personas que se habló anteriormente.

¿Pero cómo los colombianos podrían aceptar dineros provenientes de lo que la sociedad ha denominado como delito? más aún, cuando son las grandes organizaciones del país que se lucran y obtienen dividendos para mantener el país sumergido en un conflicto que pareciera no tener fin, llevando a los ciudadanos cada vez más a la pobreza.

Un ejemplo claro de ello es el municipio de Miraflores en el departamento del Guaviare, donde por años, las extintas FARC se ubicaron en este territorio por el negocio de las drogas, se esperaría que este municipio prosperara, pero al contrario quedo sumergido en un atraso económico y social. Acerca del negocio de las drogas Pierre Lapaque expuso que para el año 2020, el 70% de la cocaína del mundo es producida y traficada desde Colombia por organizaciones, tanto nacionales como internacionales.

                                            Fuente: Periódico el Tiempo, 06/2021

Hay que aclarar que al país no llega esa cantidad de dinero que se presento al inicio del texto, en promedio estaría llegando entre el 5% al 15% del total de dinero, y no todo llega en dinero, ya que las organizaciones cambian droga por armas o suministros para sus empresas criminales entre las que se encuentra dotaciones, alimentos, medicinas, cursos de comunicaciones, explosivos, entre otros.

La renta ilegal da para que se doten verdaderas organizaciones criminales con el poder de enfrentar a las Fuerzas Militares del País. Es así que las cifras de producción de Clorhidrato de cocaína como de cultivos ilícitos han sufrido una gran variación en los últimos años como se muestra en la siguiente tabla, así:

                                            Fuente: UNODC - 2021

Tomando como referencia el año 2008 al 2012 existió una disminución del 41% de los cultivos en el país con una producción estable de cocaína en el país, es decir, a medida que disminuían los cultivos, disminuía la producción del alcaloide. Mientras que entre el 2013 al 2018 existió un aumento exponencial de los cultivos lo que trajo consigo un aumento en la producción de alcaloides, hasta el momento se seguía la regla que mientras bajaba la producción o aumentaban los cultivos, aumentaba la producción.

Pero desde el 2019, se esta viendo una tendencia temeraria que por años se ha estado estudiando, y es la posible mutación de los arbustos de coca que contendrían más alcaloide de lo normal, y prueba de ello es que mientras los años 2019 y 2020 han disminuido los cultivos la producción ha aumentado como lo demuestra el estudio presentado por UNODC, donde se paso a tener 169 mil hectáreas a 143 mil hectáreas con una producción de un millón 123 mil toneladas a un millón 228 mil toneladas, es decir entre mayor número de cultivos mayor producción de cocaína.

Este impacto, de producción de drogas se ha sentido en todo el país, ya que la violencia desatada por mantener el negocio ha alcanzado sectores vulnerables; como podemos apreciar los hechos de las víctimas de las masacres que en muchos casos tienen relación directa o indirecta con el sistema de las drogas.


                                                Fuente: Mindefensa y FIP

Para el presente documento se entiende por masacre el asesinato de más de 3 personas en un mismo evento, es así que desde el 2016 al 2021 han asesinado a 212 Víctimas en masacres. Al mismo tiempo, el impacto que ha tenido en las regiones frente al homicidio de lideres sociales que apoyan las transformaciones sociales desde la sustitución de cultivos ilícitos en el país.


                                            Fuente: FIP

Así como también los lamentables asesinatos de excombatientes de las FARC.


                                            Fuente: Mindefensa y FIP

Es de aclarar que no todos los casos mencionados son por temas de drogas; lo que se quiere es hacer ver, como el sistema de las drogas mantiene la violencia en el país que carcome a la sociedad colombiana especialmente a los jóvenes que son instrumentalizados, o bien sea como consumidores, en el sistema de las drogas o simples instrumentos de violencia para mantener el negocio.

 

James Nuñez Dueñas

Investigador

aletheiainvestigaciones@gmail.com

Twitter: @jnd0072000

https://aletheiainvestigaciones.blogspot.com/


viernes, 11 de junio de 2021

Guerra de sexta generación -Desinformación y el peligro de las redes sociales

 

El mundo desde la apertura del internet ya hace casi tres décadas comenzó un recorrido de no retorno hacia un cambio, no solo cultural, sino un modo de vida. Es aquí cuando las redes transformaron el mundo y la percepción de él, el mundo comenzó a girar a problemas que no se entendían, situaciones que se han tornado complejas para los gobiernos al pasar los años, debido a que ya no se requieren grandes ejércitos o un sin número de recursos para desestabilizar un Estado.

Mas aún, cuando solo se necesita un individuo detrás de una computadora para realizar movimientos que pueden llegar a la desestabilización parcial o total de los países; hace poco el homo sapiens caminaba libre por las praderas y mantenía enfrentamientos con armas rudimentarias que propiciaban dolor y daños de grandes proporciones a los seres humanos.


Hoy en día tenemos que comenzar a hablar de guerras de sexta generación, no solo por qué esta es la realidad de la globalización actual y del mundo posmoderno. Seguimos hablando de guerras de cuarta generación. Cuando vemos algunas guerras de quinta generación suceder, e incluso estamos presenciando el desarrollo de las guerras de sexta generación sin siquiera darnos cuenta. Estamos a puerta de guerras de sexta generación, por la difusión que se da en estas, con características como:

1.      1. Existe una manipulación mediática de la conciencia colectiva.

2.      2. Se inventan nuevos enemigos en un esquema de Operaciones Psicológicas.

3.      3. Se destruyen los recursos de los países (vías, economía). 

1.    4. Intervención de tropas difusas como es el caso de las fuerzas prorrusas -ejercito paraestatal. 

5.      5. Reducción de los altos costos políticos y económicos de las guerras de cuarta y quinta generación.

3.      6. Utilización de todas las formas de lucha y los medios disponibles.

4.     7. Explotación de todas las áreas de vulnerabilidad, es decir, una guerra que no tiene límites:

a.      Guerra en internet: noticias falsas o fake news, utilizan la capacidad que tiene las personas de informarse en tiempo real, para engañarlos y manipularlos con desinformación.

b. Ciberataques: utilización de programas como keyloggers, que permiten tener acceso al teclado de una computadora o de un dispositivo móvil o software que se auto instalan en sistemas informáticos.

b. Destrucción de la identidad nacional y la unión del país: una serie de ataques que incluyen actos terroristas, a través de la promoción indebida de los intereses de individuos o grupos, a través de cualquier tipo de estrategia o su combinación para liderar el derrocamiento del gobierno, como guerra civil, invasión directa, constitucional. golpes, sobornos, ataques a las monedas nacionales, asesinatos u otras variaciones que puedan ocurrir en la práctica, apoyan el intervencionismo. 

Felix Gattari manifiesta que los objetos y los métodos de la lucha son diferentes en función de los distintos niveles. Los objetivos genéricos del tipo de <<el pan, la paz, la libertad>> requieren la existencia de organismos políticos que se insertan en el campo de las relaciones de fuerza y que, por tanto, reagrupan estas fuerzas constituyéndolas en bloques.

Es así, que expertos en el tema como Lawrence Freedman expone que las guerras asimétricas concentran e infligen el mayor daño posible, más que ganar batallas, ganar tiempo, más que promover un cese del conflicto, atacar la base política interna del enemigo y confiar en la capacidad de un país para soportar un extremo dolor y una pobre ganancia en la resolución del conflicto.


Como conclusión, se considera que el negocio del espionaje internauta es uno de los más rentables hoy en día, desestabilizar un país, económicamente o políticamente, parece ser tan fácil, que para futuras elecciones presidenciales tendrían que tener un control sobre las redes sociales.

James Nuñez Dueñas

Investigador

aletheiainvestigaciones@gmail.com

twiter: @jnd0072000